Cuentos eróticos

5 de junio de 2014

Masturbación femenina


Incluso hoy en día, la masturbación femenina sigue siendo un tema taboo para mucha gente. Pocas son las que cuentan incluso a sus amigas cuantas veces se masturban, o lo bien que se han sentido después de hacerlo.
Lo hagáis o no lo hagáis, lo queráis contar o no hoy os vamos a decir 10 buenas razones para ello.
  1. Conocer tu cuerpo, las mujeres que se masturban conocen mejor lo que les da más placer y lo que no, y cuando mantienen relaciones en compañía pueden llevarlo a la práctica disfrutando mas.
  2. Fortalecer tus músculos del suelo pélvico, además mejora el riego sanguíneo de la zona.
  3. Para evitar los dolores menstruales.
  4. Porque nadie mejor que tu sabe cómo puedes disfrutar y llegar, muchas mujeres reconocen que su primer orgasmo ha sido masturbándose.
  5. Para relajarte, la sensación de relax que se produce después es única y una buena terapia desestresante.
  6. Activa el deseo, cuando algo te gusta quieres repetir, pues lo mismo ocurre con el sexo.
  7. Para dormir, porque tener un orgasmo produce la liberación de endorfinas que son las hormonas del sueño.
  8. No caer en la tentación de buscar placer con quien te puedas arrepentir.
  9. Concentrarte en tu propio placer sin necesidad de estar pendiente que le gusta a tu pareja.
  10. Y la mejor razón de todas porque te apetece y punto J
Lo realmente importante es estar agusto con una misma. Claro, que quien no intenta algo nunca sabrá si le va…

4 de junio de 2014

Curiosidades


Esta semana hemos querido hacer una recopilación de las curiosidades sexuales que nos han parecido más interesantes. Allá va:
 
Sabíais qué......??
 
 
  • Cuando un hombre eyacula, el semen resultante equivale a una cucharada sopera (2,5 a 5,0 cc) y contiene unas 15 calorías.
     
     
  • Sólo el 30% de las mujeres consigue orgasmos de estimulación vaginal; El resto llega al orgasmo mediante la estimulación del clítoris.
     
     
  • Los hombres tienen unas 11 erecciones diurnas y 9 durante la noche.
     
     
  • Los hombres con pareja se masturban más. Al tener mas relaciones sexuales, producen mas testosterona, lo que les hace excitarse más.
     
     
  • Después de tener un orgasmo se concilia el sueño con más facilidad. Esto es debido a la acción de las hormonas y las sustancias cerebrales según un reciente estudio.
     
     
  • Un 10% de la población es asexual, es decir, no se siente atraído por ninguno de los dos sexos.
     
     
  • El fetichismo, el exhibicionismo y el voyerismo son parafilias o trastornos exclusivos de los hombres
     
     
  • Fumar puede acortar el pene hasta en 1 centímetro. Esto es debido a que el tabaco calcifica los vasos sanguíneos, lo que dificulta la circulación eréctil. Como ya os imaginaréis, gran parte de la erección depende del flujo de la sangre hacia esa zona.
     
     
  • La duración media de un orgasmo masculino está en 6 segundos, frente a los 23 segundos de media del orgasmo femenino. Casi 4 veces mas!!!
     
     
  • Según algunos expertos, hay un conducto llamado skene, por el que las mujeres pueden eyacular. Algunas féminas aseguran haberlo notado, siendo incluso la cantidad de líquido un tanto descomunal.
     
     
  • El clítoris puede medir entre 8 y 12 cm. Si pensabais que no iba más allá del tamaño de una lenteja, debéis saber que el clítoris se extiende también por la parte interna de la ingle. De hecho, en la fase de excitación, su tamaño aumenta mientras que el de la vagina disminuye.
     
     
  • Hay personas que únicamente se excitan en situaciones de peligro. Esto se conoce como quinunolagnia.

 
 

8 de mayo de 2014

Historia del vibrador

Este jueves toca culturizarnos un poco y hemos decidido contaros la historia de cómo surgió el vibrador ya que nos ha parecido muy curioso. Esperamos que os guste y dejéis cualquier comentario que os apetezca.
El vibrador se remonta a mediados del siglo XIX para poder tratar una enfermedad que se llamaba “histeria femenina”, y se diagnosticaba en mujeres que se encontraban con síntomas de estado nervioso e irritable, falta de apetito…
Proviene a que en la antigüedad clásica se pensaba que las mujeres podían tener un desajuste en el útero teniéndolo sin ninguna sujeción divagando en su interior y que ello podría producir un estado de irritación nerviosa.
La palabra útero deriva del latín “hysteria”, de ahí el nombre de la supuesta enfermedad.
En aquellos tiempos no se apreciaba la sexualidad de la mujer, por lo que acudían al médico para poder tratar tal problema, eso sí siempre acompañadas de sus madres o maridos pues en esa época las mujeres no podían ir solas al médico.
Y el tratamiento era tan sencillo como que el médico masajeara la zona del clítoris y vagina hasta llegar a un paroxismo histérico y expulsar toda su ansiedad llegando a un estado relajación (es decir, hasta que tenía un orgasmo).
Si lo pensamos hoy en día sería muy surrealista, imaginarse a una misma o en su caso a tu novia, madre, prima o vecina yendo al médico para que practique una buena masturbación delante del marido o madre, que se encuentran muy preocupados por la enfermedad y solo el médico la puede aliviar…  
Tras largas sesiones de duro trabajo del médico este acababa exhausto y su mano muy cansada tras tantas visitas de pobres mujeres histéricas, hasta que un buen día del año 1880 un médico británico llamado Joseph Mortimer Granville inventó el vibrador para evitar tanto esfuerzo y consultas tan largas para tratar con el único tratamiento.
El vibrador inicialmente se inventó con objetivo médico y no sexual, incluso se llegaron a considerar electrodomésticos por ejemplo como batidoras. Existían múltiples modelos en el mercado que nada tienen que ver con los que conocemos hoy en día, hasta que en el mundo del porno las actrices empezaron a utilizarlo en películas y ello creó un cambio en la sociedad viendo los vibradores con otros ojos.
En la actualidad podemos encontrarlos de todo tipo fabricados con silicona médica, pvc, con forma de pene,  pato, pez, que estimulan el punto g o clítoris, con control remoto, incluso resistentes al agua, etc… Y para utilizarlo solo basta tener ganas de sentir placer ya sea solo/a o en compañía.

 
 
 
 
 
 


24 de abril de 2014

Relato: Sin título

Nuevamente los hermanos sodomitas Eros y Nlita, nos sorprenden con un fantástico relato, pero no tiene título... ¿Se os ocurre alguno apropiado?
El más chulo, midiéndolo con el comentario que mas me gusta obtenga en nuestra página de Facebook: https://www.facebook.com/LasDeliciasDeAnais hasta la próxima publicación de esta sección GANARÁ UNA VELA ERÓTICA DE LA MARCA SHUNGA, que le será entregado cuando haga un pedido de cualquier importe bien sea a

través de la web o de una reunión si es posible.

RELATO: "SIN TÍTULO"

-Buenos días, cariño – dijo tu voz al abandonar la habitación
Abrí los ojos, y me dí cuenta que jamás iba a acostumbrarme a eso. Despertarme y ver cómo te vestías para ir a trabajar, me suponía un conflicto interno.  Por eso, muchas mañanas, prefería que pensaras que seguía inmerso en mis sueños, y me conformaba con notar tus labios rozando mi frente, mis mejillas y mi boca, a modo de despedida.  Pero esa mañana no podía hacer como si nada hubiera pasado. Había sido “nuestra noche”.
Aún recuerdo el día en que nos conocimos. Cuando por azar, nuestros ojos se encontraron, y los tuyos recorrieron mi cuerpo.  Cuando tu boca me dedicó una amplia sonrisa, dejando al descubierto una hilera de dientes blancos, perfectos.  Recuerdo que no supe que hacer, y me limité a contestarte con otra sonrisa. Te acercaste, me dedicaste un par de piropos, y desde entonces no pudimos (ni quisimos) separarnos.
Al día siguiente quedamos, para tomar un café. El 01 de Febrero, un día oscuro, en una ciudad gris.  Pero cuando te ví aparecer, ni la lluvia, ni la monotonía de esa ciudad, ni siquiera el frío, eran capaces de ensombrecer ese día. Te acercaste, y supe que habías pasado toda la noche pensando en mí. No dijiste nada, sólo te acercaste y nuestros labios se hicieron uno
¿Y qué me dices de nuestra primera noche juntos? En ese piso que compartías con un par de colegas de profesión. Ellos ni siquiera se dieron cuenta de mi presencia ( ni esa noche, ni todas las posteriores) Estábamos nerviosos. Queríamos que todo saliese bien. Lo necesitábamos. Nos dedicamos todo el tiempo del mundo. Queríamos ver como ambos disfrutábamos. Empezamos a desnudarnos despacio, como dos adolescentes nerviosos sin saber muy bien qué hacer. Nuestras manos, comenzaron a recorrer el cuerpo del otro, mientras mis ojos verdes no podían dejar de mirar a los tuyos. Nos dejamos llevar.  De repente, note tu mano en mi sexo. Y la mía hizo lo propio. No dejábamos de mirarnos. Más besos. Respiraciones entrecortadas. De repente me ví en la cama, y aunque el sexo oral que me brindaste ese día, fue el de un principiante, a día de hoy, sigo pensando que fue el mejor que he recibido. Creía que iba a estallar de placer. Y me pediste que me tumbara a tu lado. Tus manos, tus labios, tus ojos, no dejaban de recorrer mi cuerpo. Y nuestros cuerpos no podían dejar de estremecerse de placer. Tengo que recordarte todo el resto? Fueron horas, en un ambiente enviciado, con sudor recorriendo nuestros cuerpos desnudos.
¿Y recuerdas la mañana de la playa? En pleno de mayo, decidimos hacer una escapada a una playa nudista y prácticamente desierta al otro lado del país, donde nadie nos conocería.  Nuestros cuerpos bronceándose al sol, cuando de repente, te miré, y no pude reprimirme. No hubo besos. Sólo miradas. Sin previo aviso, realicé lo que para mí, era la felación perfecta. Me daba morbo pensar que en cualquier momento, alguien podía aparecer por la playa y vernos. Y así fue. Recuerdo como apareció de la nada, y se quedó a unos metros mirándonos. En su mirada se notaba el placer que le proporcionaba vernos follar. Y tú y yo,  no sentíamos vergüenza. Nos pusimos a follar como si estuviésemos en nuestra propia casa. Sentía tu sexo dentro de mí, cada vez más grande. Tus embestidas, cada vez más fuertes. Lo recuerdo como si de una película porno se tratara. Hicimos todas las posturas que se nos ocurrieron, mientras él seguía mirándonos y se masturbaba. Y eso nos hacía que no paráramos. Nos encantaba que hubiera alguien masturbándose a tan poca distancia de nosotros. Éramos sus actores porno particulares.  Le brindamos nuestra follada. Le mirábamos, para que se sintiera parte de nuestro show. Y con cada minuto que pasaba, más cerdos nos poníamos los 3. Yo quería que él viera el placer que éramos capaces de brindarnos el uno al otro. No quería que participara activamente, pero si que nos viera. Que nos envidiara. De repente, me pusiste a 4 patas, y creí que tus embestidas, iban a partirme en dos. Estallamos de placer al cabo de pocos minutos, y él con nosotros. Se levantó y se fue.
Pero esta última noche había sido diferente. Me había parecido escucharte susurrándome algo en el oído, mientras tu cuerpo llegaba al clímax. Y me había parecido oírtelo minutos después. Incluso horas después, mientras tú pensabas que me había entregado a Morfeo. No sabía si era lo correcto, pero era lo que tenía que pasar. Ya habían pasado 6 meses desde nuestra primera cita, y me habías llevado a cenar a un restaurante. Nos habíamos tomado unas cuantas copas de vino, mientras nuestros pies se entrelazaban debajo de la mesa. Tuviste que elegir bien el restaurante, asegurándote de que estuviese lo suficientemente lejos de nuestra ciudad, donde nadie pudiera conocerte. Y por fín, fuimos libres. Libres para expresar nuestro amor. Libres para poder besarnos bajo una farola en medio de un paseo marítimo, sin tener que hacerlo en la oscuridad de un callejón como veníamos haciéndolo en los últimos meses. Pero tú, seguías nervioso. Te veía escudriñando cada mesa de restaurante, cada farola del paseo marítimo, y cada esquina de la calle, asegurándote que nadie te reconocería.
Nos habíamos ocultado durante tanto tiempo, que yo no recordaba lo que era poder expresar libremente mis sentimientos. Nadie había sido consciente en estos meses, que tras tus charlas delante de tanta gente, cuando yo me acercaba para saludarte como otro asistente más, tus besos no eran tan castos. Siempre me agarrabas de la cara, o me abrazabas, de forma que nadie pudiera ver que realmente el beso me lo dabas lo suficientemente cerca de la boca, como para que tus labios rozaran la comisura de los míos.  O que cuando te dirigías al público, hablando de amor, tus ojos se pegaban a los míos. Había magia. Pero esos ineptos, no se daban cuenta, mejor así.
No podía dejar de pensar en esta última noche. Nos habíamos amado como nunca lo habíamos hecho. Nos habíamos proporcionado tanto placer,….que ni siquiera parecía humano. Recuerdo la expresión en tu rostro. Una expresión de placer eterno. No podíamos parar de tocarnos, de entregarnos el uno al otro. El espejo que colgaba de la pared, opaco por el vapor que desprendían nuestros cuerpos,  fue mudo testigo de todo lo que sucedió. Yo dentro ti. Tú dentro de mi. Mis labios recorriendo cada poro abierto de tu piel. El repiqueteo de la lluvia golpeando tu ventana, junto el ruido de los muelles de la cama, habían sido nuestra banda sonora. Y tus gemidos. No queríamos terminar. Necesitábamos amarnos durante toda la noche, hasta que nuestros sexos, al igual que nuestros cuerpos, cayeran exhaustos. Nuestros cuerpos desnudos, recorriendo cada centímetro de la habitación, amándose. No. Esa noche no estábamos follando. Esa noche yo aprendí a hacer el amor. Recuerdo tu mano, recorriendo mi cuerpo. Empezando en mi boca, y bajando en línea recta. Detenerse al llegar a mi pecho.  Seguir bajando hasta mi ombligo, y otra pausa. En ese momento, mi lengua comenzando a realizar el mismo camino, pero en tu cuerpo. Tu espalda curvada, y tus ojos mirando al cielo (curioso lugar para mirar en ese momento) Notar como tu sexo, crecía con el simple tacto de mi piel.  Y amarnos, desearnos. Todo lo que hacíamos era por dar placer al otro. Queríamos estallar de placer a la vez. Y no hizo falta si quiera que nos pusiéramos de acuerdo. Cuando ya no pudimos más, ambos, a la vez, nos corrimos. Y ahí nos quedamos. Tirados en el suelo, abrazados.
Esto es sólo una parte de nuestra historia. Todo lo que ocurrió después, no tiene importancia: nuestras rupturas, nuestras reconciliaciones (llenas de sexo y amor), nuestras discusiones, nuestros polvos,... Han pasado demasiados años desde entonces. Casi 13. No sé si hoy, te acordarás de mi. Pero aquí estoy. En la cola. Esperando ver tus ojos mirando a los míos después de tantos años. Esperando que me reconozcas. Esperando despertarme otra mañana contigo, y ver cómo  te pones la sotana para ir a trabajar.
Moraleja: Follar es cojonudo, pero a veces, es mejor hacer el amor.







10 de abril de 2014

LA COMPETENCIA DE LAS MAMADAS: El Arte del Cunnilingus

De los creadores de “LA FELACIÓN PERFECTA”, llega para ser paritarios,  la segunda parte: “EL ARTE DEL CUNNILINGUS”. 
Según la real academia española. Cunnilingus: Práctica sexual consistente en aplicar la boca a la vulva. Procedente del latín “cunnus” cuña (coño) y “lingus” lengua.
Con esta publicación pretendemos que una vez hayáis practicado los pasos a conciencia os sintáis tan agusto como lamiendo el mejor de los helados Haagen-Dazs en una tórrida tarde de verano a 40ºC a la sombra o como diría Peré los reyes (o reinas) del mambo.
A muchas os habrán dicho más de una vez frases como: “Te voy a comer la almeja, golosina, pepitilla, chumino, papo… hasta que chorrees más que un grifo abierto” ó “Voy a hacer que te tiemblen las piernas más que un cervatillo en sus primeros pasos”, ó “Vas a gritar más que Montserrat Caballet en la ópera con tan solo rozarte el clítoris”… Pero a pesar de que os han prometido el oro y el moro, seguro que más de una vez os habéis sentido como si vuestro clítoris fuera un botón de apagado/encendido de la luz de salón.
Para que eso no os vuelva a pasar, os recomendamos que imprimáis este manual, lo plastificáis para que no se deteriore y se lo regaláis a vuestros caris, para que lo memoricen a conciencia.
 
Comenzamos:
 
  1. LA HIGIENE
    Sabemos que parece obvio y más de una se sentirá ofendida porque piensa que su “tesorito” huele a lavanda, pero chicas, en lo más íntimo quiero Chilly. Lo de llevar el temario oliendo a centollo de las rías gallegas es empezar mal;  No se lo va a querer comer nadie! Así que ser pulcras y esmeraros en vuestra higiene íntima.
     
  2. EL PERRO DE PAVLOV
    Sabéis el estudio de este médico ruso, no? Si no es así, a la Wikipedia ya! Pues así se empieza un buen cunnilingus. Salivando nada más ver ese rico manjar. Un trocito de carne, más o menos gordo (según la dueña), que debéis acariciar, chupar, lamer, morder con delicadeza pero siempre estando lubricados.
     
  3. LA CARA DE GOLOSO
    Ya hacíamos referencia a este tema en el post de “La felación perfecta” y es que no hay nada como una mirada de locura, de ansia, que lleve el cerdor implícito.
    Disfrutar del placer que proporcionas es síntoma de generosidad. Irás al cielo por ello.
     
  4. CALENTAMIENTO
    Hacer un buen cunnilingus no es entrar a matar; se necesita tiempo y dedicación; además, por muchas posturas imposibles que hayáis visto en las pelis porno, la chica quiere estar cómoda para disfrutar del momento, así que olvidaros de acrobacias absurdas.
    Debéis saber que empezar besando la cara interna de los muslos, les pone. Y salvo que seáis mancos, no está de más tener vuestras manos recorriendo sus pezones que a estas alturas, estarán bastante erectos.
     
  5. BARRIDA
    Y llegó el momento. Sentir una lengua caliente, que juega con el clítoris haciendo círculos de un lado a otro, de abajo a arriba, que chupa e incluso succiona con delicadeza. Una lengua que lame los labios menores, que recorre cada centímetro de nuestro ser. Una barrida que llega hasta el perineo para subir de nuevo hasta nuestro pene: el clítoris.
     
  6. PENETRACIÓN LINGUAL
    No a todas las chicas les gusta, pero introducir vuestra lengua en la vagina, suele  suponer una situación preclimax muy excitante. Podéis intercalarlo con chupaditas en el clítoris, pero sin centraros todo el tiempo en ello. Ya que podría resultar molesto.
     
  7. INTRODUCCIÓN DE DEDOS.
    En el momento en que centráis vuestra lengua en la zona del clítoris introducir dos dedos en la vagina, es un placer inmejorable para la mayoría de las mujeres, también podéis utilizar un juguete erótico con o sin vibración.
     
  8. CAMBIO DE MARCHA
    Debéis saber que una sensación repetitiva y machacona puede llegar a resultar aburrida.
    Podéis empezar a lamer lentamente el clítoris y luego algo más rápido, y otra vez más lento mientras la lengua cambia de dirección. (en círculos, diagonal, horizontal…)
     
  9. SALIVAZO
    Escrito puede resultar soez, pero en caliente, os aseguramos que excita y mucho. Frenar en seco tras una barrida rápida que nos tenga a punto de nieve para echarnos un salivazo mientras nos frotáis el clítoris es tan desesperante como excitante.
     
  10. EMPOTRADA
    A estas alturas, os tiene que faltar poco para saborear un gran orgasmo. Es importante aguantar hasta el final. Que su respiración entrecortada y los gemidos cada vez más intensos, os mantengan trabajando sin descanso entre sus piernas. No paréis hasta que su cuerpo deje de estremecerse de placer; entonces, sin previo aviso, aprovechar la humedad que habéis provocado para una gran empotrada contra la pared, el suelo, la cama, la encimera, la nevera... Donde sea! Pero hacedlo! 
     
Con esto habréis pasado un rato de los más agradable y ya sabéis podéis comentar cuanto deseéis.
 
Moraleja: El truco está en hacerlo con delicadeza, pero sin vagueza.
 
 
Felices orgasmos a tod@s!